Thursday, October 06, 2005

CANCUN, LA RUTA MAYA


CANCUN: un Plan Maestro.
Por Waldemar Verdugo Fuentes

"...todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio.
Todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Esta es la primera relación, el primer discurso.
No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques:
sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la Tierra.
Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.
No había nada junto que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni agitara, ni hiciera rumor en el cielo.
No había nada que estuviera; sólo el agua en reposo, el mar apacible solo y tranquilo.
No había nada dotado de existencia, cuando nació la selva en Cancun".
POPOL VUH (fragmento)

La ciudad de Cancun está situada en una isla unida al continente por un arrecife de corales, a orillas de la costa de Quintana Roo, frente al Mar Caribe o de las Antillas, a los 21 grados 2'9" de latitud norte y los 86 grados 46' de longitud oeste, y a cinco kilómetros de distancia de Isla Mujeres. Antigua sede de la cultura maya, una de las más extraordinarias de la antigüedad, la Península de Yucatán, donde se encuentra Cancun, adentrándose en las aguas parece un cometa suspendido en el aire. Situada en el sureste de México, la Península comprende los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, jurisdicción a que pertenece Cancun.
En 1969, con motivo de un análisis estadístico hecho por el Banco de México, según el cual el turismo sería la fuente principal de ingresos para México a partir de las últimas décadas del siglo XX, y -como consecuencia- generaría un alto volumen de empleos para mano de obra no calificada, se pensó desarrollar el área de Cancun, donde se inician operaciones en 1974, al constituirse el Municipio Benito Juárez, dentro de cuyo territorio quedó la ciudad. Para el desarrollo se delimitó una extensión de 12.700 hectáreas, en las cuales se efectuó el Plan Maestro que divide el destino del suelo en un 17.7% para la zona turística, 29.1% para la zona urbana y el restante 53.2% para conservación o reserva ecológica, con cerca de tres cuartas partes correspondientes a áreas lacustres. En la década de 1980 visité la zona en un primer viaje como parte de un trabajo que me tomó varios meses realizar, en diversas etapas, completando la ruta Maya en México que debí recorrer para escribir unos folletos que me encomendó el Fondo Nacional de Turismo, entonces dirigido por el profesor Carlos Hank González; esos humildes folletos que FONATUR distribuyó como parte de su ejemplar material de promoción turística de un país, me permiten afirmar que los datos consignados de esta ruta Maya mexicana, en que incluyo esta crónica de Cancun, están, por decirlo así, confirmados. Y debo agradecer a quienes me permitieron escribirlos. Aquí debo anotar que cuando visité Cancun por primera vez, el sitio era entonces una aldea en la selva, ahora en 2003 es una ciudad turística que recibe más de un millón de visitantes anualmente, con sus carreteras y adelantos que van desde la misma construcción de las paradas de autobuses que protegen al usuario de los fenómenos naturales, hasta la ambientación con fuentes monumentales como las del Paseo Kukulcán, con esculturas y reproducciones de piezas arqueológicas del legado del pueblo Maya dispuestas a lo largo de los veinticinco kilómetros de la isla, en que impresiona el recinto del Centro de Convenciones con capacidad para dos mil personas, sitio de reuniones internacionales y múltiples actividades culturales, como su Ballet Folklórico que ofrece un espectáculo de bailes regionales y danzas prehispánicas casi todas las tardes del año. Ubicado en la zona del mismo Centro de Convenciones se encuentra el Museo Arqueológico con valiosas piezas mayas que suman varios cientos de esculturas, alfarería y joyas.
En el Boulevard Kukulcán, el Museo Marino Cedam ha especializado su colección en objetos rescatados de los naufragios submarinos que ha habido en sus aguas y se ha convertido hoy en uno de los primeros del mundo en su especialidad. Por estar unida al continente mediante este arrecife de corales, Cancun está rodeada en toda su otra dimensión por las aguas, formándose la laguna que llaman Nichupté, donde hay una reserva de aves, la Isla de los Pájaros, con miles de aves de 140 diferentes especies clasificadas; tiene una extensión de cincuenta kilómetros cuadrados, es ideal para paseos en lancha y muy apropiada para esquiar y practicar windsurfing. Donde uno mire se siente aquí a gusto.
Cancun es el resultado de una intensa labor de estudios, proyectos, recopilación y sistematización de información, programas de inversión y posteriormente de obras realizadas conjuntamente por el Gobierno de México, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo y el sector privado. Cancun comenzó a operar como foco de atracción turística desde 1975; hasta ese año esta actividad en el Estado se desarrolló principalmente en las localidades de Isla Mujeres y Cozumel, en función de la explotación de recursos del mar y del régimen comercial de zona libre. Hoy, sus habitantes están conformados por mestizos resultantes de la fusión de indígenas con los españoles. Cuando Hernán Cortés y sus gentes llegaron al lugar se encontraron con un principal núcleo de población indígena descendientes del pueblo Maya, los denominados Macehuales que aún hoy día subsisten conservando su propia lengua y costumbres ancestrales. La población autóctona ha desarrollado su propio folklore, estilo de vida y trabajo artesanal, que incluye artículos de piel de venado, tallas de marfil y coral, e incluso una rica gama de joyas labradas en oro y plata. Ofrece tiendas especializadas en artesanía de México hecha a mano, joyería, ropa fina y perfumes a mitad de precio por ser puerto libre, arte primitivo y colecciones de objetos del mar, arte Maya, dibujos, pinturas, esculturas y su impropio mercado negro de piezas originales. Para probar los sabores mayas, digamos que solamente en Cancun, además de todo tipo de restaurantes, hay seis mercados, y un número considerable de tiendas y almacenes de importaciones que ofrecen de todo lo que se espera encontrar en un Puerto Libre. Tierra contrastada, es rica en bosques de maderas preciosas y exigua en parte para el cultivo y pastoreo; la Península es de roca caliza. Por esto el propósito del Gobierno mexicano de incorporar la región a la dinámica nacional de crecimiento, conceptualizando a Cancún y su entorno como un Polo Regional de servicios turísticos. Sin embargo, la explotación pecuaria bovina ha tenido un desarrollo suficiente como para satisfacer las necesidades de la población residente. La raza ganadera predominante es el cebú, animal fácilmente adaptable a las condiciones climatológicas; en la población natural es común la cría de abejas para la miel, y cerdos, así como aves de corral, especialmente guajolote y gallina. Digamos que, a partir de 1972, cuando la zona es declarada en régimen de Zona Libre, comienza el desarrollo de una actividad comercial floreciente, que incluye los antiguos perímetros de Chetumal, Cozumel, Xcalak e Isla Mujeres. Esta libertad de importación y exportación de mercancías ha sido determinante en el fomento de las distintas actividades económicas relacionadas con el turismo, el comercio, los servicios, los transportes, así como en el mejoramiento de oferta ocupacional e ingresos para la población local y la proveniente del interior del país. En el Proyecto Cancun, está escrito: “El régimen aduanal libre se hizo necesario por la lejanía con los centros de producción y abastecimiento, por las deficiencias que presenta el depender del transporte que causa desinterés en el fabricante por atender los mercados lejanos como Cancun, en que su reducida fuerza laboral estaba dedicada casi exclusivamente a la explotación del árbol de chicle y la pesca rudimentaria”.
Antes de la creación del Plan Maestro Cancun, se carecía de vías de acceso por tierra por lo que se utilizaba la marítima o fluvial, así como el servicio de pequeñas aeropistas. Además, en toda la región -tanto en los centros urbanos como en las zonas rurales- el proceso migratorio propiciaba el flujo de población hacia la capital de la República y en la misma región proliferaban áreas sin trazo definido y con absoluta falta de urbanización y servicios, presentándose luego una gran especulación con los terrenos, principalmente en aquellos destinados para vivienda. En lo referente a la solución del problema habitacional para quienes viven allí, se efectuaron intensos programas en coordinación con los organismos responsables y se levantaron conjuntos residenciales para los diferentes estratos sociales; asimismo se efectuó un programa para el levantamiento de datos socioeconómicos en poblaciones construidas por organizaciones sindicales, y se introdujeron servicios urbanos en los asentamientos originales como en la colonia Puerto Juárez, un lugar que carecía de ellos.
Para suministrar de energía eléctrica a Cancun, FONATUR celebró convenio con la Compañía de Luz y Fuerza, construyéndose una linea de transmisión que dotó a la ciudad de energía. El sistema fue diseñado para que se puedan realizar ampliaciones que satisfagan la demanda futura. Me cuentan los vecinos que en 1960 Cancun no contaba con luz ni agua potable, cubriéndose este último servicio a través de la captación de agua de lluvia en depósitos y cisternas. En cuanto al sistema de alcantarillado, sólo Cozumel y Chetumal tenían este servicio, y no fue sino hasta 1970 cuando se iniciaron las obras destinadas a cubrir esta necesidad, cuando se llevaron a efecto amplios programas de equipamiento de instalaciones y servicios permitiendo a la población, permanente y turística, gozar de todo el confort que debe brindar un centro urbano y vacacional al nivel internacional. Tal cual deben nacer otros en puntos hermosos de nuestros países de América que surgen con invención y voluntad más que con recursos. Para solucionar un problema básico como es el poseer agua potable, aquí en Cancun, se ha introducido un sistema de agua potable con dos zonas de captación que permiten un perfecto abastecimiento de agua y de acuerdo a las normas internacionales de calidad. En cuanto a drenaje se construyó un sistema completo de alcantarillado sanitario, incluyendo colectores principales y laterales para la zona turística. El sistema se complementa con tres plantas de tratamiento de lodos activados, y seis cárcamos de rebombeo de aguas negras. En la zona urbana se construyó una red de colectores, una planta de tratamiento de aguas negras del tipo laguna de oxidación y cuatro cárcamos de rebombeo, que cubren ampliamente las normas de higiene según la Organización Mundial de la Salud. Puedo destacar del Plan maestro las siguientes obras en algunas de las cuales se me dio en suerte tirar alguna piedra a la primera mezcla de cemento; como en la construcción del Palacio Municipal y oficinas de la Dirección de Seguridad Pública; oficinas de la Policía Federal de Caminos; Estación de Bomberos; construcción del edificio para servicios de las zonas arqueológicas de San Miguelito y El Rey; construcción del edificio de artesanías y bazares con capacidad para sesenta locales comerciales; ampliación de la sede del Museo de Antropología e Historia. Para infraestructura educativa se construyeron 15 escuelas primarias y 2 secundarias, independientemente de 6 escuelas particulares; 1 Conalep, 1 Cetis, 1 Colegio de Bachilleres, 1 Centro de Capacitación para trabajadores y 1 Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos. Se construyeron los planteles de la Universidad de Chetumal. En áreas de salud, el Desarrollo cuenta con 1 Hospital General de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social (con 78 camas y 15 consultorios); 1 Clínica del ISSSTE de servicio externo; 1 Clínica de Especialidades Médicas; 1 Hospital Central de Cirugía, S.A.; 1 Cruz Roja Mexicana; 1 Centro de Salud con 3 consultorios especializados en Epidemiología; 1 Centro Médico y varios consultorios privados. Se han destinado 23 hectáreas para zonas verdes; parques, plazas y jardines, entre los que resalta el Parque Urbano Cancun. Respecto a recreación y cultura se cuenta con el Teatro Municipal, la Hemeroteca, Plaza de toros y varias zonas deportivas. Otros servicios públicos desarrollados son centros sociales, cementerio y el Centro de Desarrollo Integral de la Familia. Cuentan con una Terminal de Autobuses foránea, asi como oficinas de correo y telégrafos, central telefónica, estaciones de radio, televisión satelital, y un moderno sistema de transporte urbano y turístico que ofrece servicio cada hora entre Cancun y el resto del país vía Mérida. La ejecución básica del Aeropuerto Internacional de Cancun consistió en la construcción de una pista asfaltada de aterrizaje con una longitud de 2600 metros por 60 metros de ancho y con una zona lateral de seguridad de 100 metros a cada lado para atender servicio diurno y nocturno de aviones de reacción, incluyendo plataformas para la aviación general y comercial; una carretera de acceso al aeropuerto; un edificio terminal de dos pisos con capacidad para atender 350 pasajeros en un periodo de 15 minutos, que incluye salones de espera y terraza de observación; estacionamientos; servicios independientes de agua potable, electricidad y facilidades para el almacenamiento de combustible; excelente alumbrado y equipo ultramoderno para la Torre de Control. La primera etapa del Aeropuerto Internacional de Cancún ha sido diseñado en tal forma que ofrece todas las facilidades para futuras ampliaciones.
Los datos de población que capturé en mi primera visita a Cancun era poco más de 150.000 habitantes. Ahora, en 2004 hay más de medio millón de vecinos, lo que ha implicado diversas obras de consolidación, de mantenimiento y de incremento en la oferta de terrenos urbanizados, asegurando el abastecimiento de infraestructura: siguiendo el Plan Maestro original, cuentan con una capacidad de energía eléctrica y abastecimiento de agua potable y tratamiento de aguas residuales para atender las necesidades actuales. El Plan se ha seguido concluyendo como base del desarrollo de opciones para el visitante y los vecinos. El incremento de terrenos urbanizados se ha hecho a través de la habilitación de áreas en la zona urbana, especialmente con la apertura del “Cancun Náutico” a comienzos de la década de 1990: una serie de estructuras para el despliegue de embarcaciones turísticas y urbanización de lotes con frente de agua a través de obras de dragado y rellenos para conformar canales de acceso y navegación, dársenas y escolleras y todo tipo de facilidades para el atraque de embarcaciones, como muros perimetrales y muelles flotantes. Debo decir que del Plan Maestro original de Cancun, en FONATUR dispuestos a editarlo en forma de folleto entonces me pidieron corregir la ortografía, y debí leerlo concienzudamente: me pareció un plan de trabajo ejemplar que se debía seguir en otras partes de América y así lo expresé. Hoy, veinte años después, puedo decir que no me equivoqué en mi apreciación quizás desmesurada entonces. Y pienso que sus autores no sabían que ha sido ejemplo a seguir, y lo será más aún en el futuro, de cómo un lugar único (de los que existen olvidados en América) se hace apto para el turismo mundial y levanta una zona pobre, pero rica en cosas para mostrar al mundo, como es toda la ruta Maya.
Cancun es la naturaleza en su expresión más explosiva y salvaje; limpias playas de arena blanca bañada por el mar turquesa del Caribe, selvas tropicales y lugares inexplorados con una de las zonas arqueológicas más ricas de América y dos mil monumentos antiguos esparcidos por su territorio. Porque uno de los atractivos mayores de Cancun reside en que la isla emerge de los vestigios arquitectónicos de una de las civilizaciones más enigmáticas de la historia del hombre; el pueblo Maya, que desapareció inexplicablemente hacia el año 900 de nuestra era, dejando en esta región de México abundantes muestras de su esplendor. En Quintana Roo cada día se descubren nuevas huellas mayas que habían quedado sepultadas o perdidas entre la espesura de la selva, y es incalculable el número de monumentos que están aún enterrados, siendo común que los ya rescatados precisen de cuidados y limpieza constantes para evitar que sean nuevamente absorbidos. Hernán Cortés desembarca en la Isla Cozumel en 1519, invadiendo los pueblos mayas de la región y destruyendo a su paso inapreciables construcciones escultóricas religiosas prehispánicas para reemplazarlas por el cosmos cristiano. Nueve años más tarde, Alonso Dávila erige la Villa Real de Salamanca de Bacalar en las riberas de la laguna de ese nombre, sitio que había estado habitado por los mayas Itzaes, quienes en el año 413 hablan fundado allí un asentamiento con su nombre primitivo; Bakhalal. En 1642 el lugar fue destruido por piratas ingleses y vuelve a ser levantado por Antonio Figueroa, que lo fortifica dejando la construcción que hasta hoy existe. En 1847 los pueblos mayas de la región iniciaron la lucha de castas que habría de continuar hasta 1902, cuando los nativos son sometidos al Gobierno Federal de Porfirio Díaz. Este decreta, entonces, la creación del territorio de Quintana Roo (bautizado así en honor del líder mexicano Andrés Quintana Roo) que es anexado en 1913 a los estados de Campeche y Yucatán por Venustiano Carranza. En 1936 el general Lázaro Cárdenas vuelve a erigirlo en territorio autónomo por la importancia que tomó, debido a su ubicación geográfica, durante la segunda guerra mundial, época en que se construye allí un aeropuerto, que al término del conflicto es abandonado. En 1953, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas proyecta la intercomunicación de la Península con Cuba y La Florida, por medio de transbordadores, cubriendo la ruta del Golfo de California y el Caribe partiendo de Puerto Juárez, en cuyas proximidades, a orillas de la laguna de Cancun, habría de construirse el aeropuerto incluido en el Plan maestro: en 1971 llegó un avión con los primeros cuarenta y ocho visitantes. Ese mismo año, el Banco Interamericano de Desarrollo aprobó un préstamo de 21.5 millones de dólares para ser invertidos en el lugar, estimándose que el proyecto Cancún costaría un total de 47.1 millones de dólares. Esa inversión base de 47.1 millones de dólares, fue plantada en la zona seleccionada que comprendió entre Puerto Juárez y Tulum, y como eje principal la isla misma. Se incluyó en el concepto que Cancun podía captar la población de las zonas deprimidas de la región, y también mediante la generación de empleos descongestionar la zona metropolitana. Por supuesto que los números de los planes de inversión hoy son historia, pero es ejemplar el ánimo y los pasos que se siguieron, todo obedeciendo a la política de impulso al turismo que ha convertido aceleradamente al Caribe mexicano en un serio competidor dentro de la cuenca que forman las islas Bahamas, Puerto Rico, Jamaica y las pequeñas Antillas. Me he permitido citar estos aspectos de la re-invención de Cancun a través del plan de fomento turístico de México, porque debe considerarse que hoy, en un proceso de desarrollo de treinta años, este Plan ha sido un éxito, y perfectamente aplicable en áreas deprimidas de nuestros países de América en que el turismo está inexplotado o dejado a la deriva de planes fugaces sin un destino definido, como es Cancun, que nació planificado para recibir al turista como lo hace hoy. Esta costa oriental de la Península de Yucatán y las islas adyacentes estaban densamente pobladas a la llegada de los conquistadores europeos, los relatos de los aventureros y exploradores describen grandes pueblos habitados (a diferencia de las ciudades abandonadas que después encontrarían) con cuyos pobladores rápidamente establecieron contactos, pacíficos en algunos casos, hostiles en otros. Las modernas investigaciones arqueológicas confirman las fechas, que junto a los relatos escritos que existen y la tradición oral, permiten reconstruir, además de los restos materiales, la forma de vida de los pobladores de la zona periférica a Cancun, en relación a la civilización Maya, sus hacedores.
Desde Cabo Catoche en el extremo nororiental de la Península, hasta la Bahía de Chetumal al sur, las poblaciones indígenas se sucedían casi continuamente. Describiremos aquí las más importantes, cerrando con Tulum que es la última que visitaremos entre las que hoy están accesibles de ver, aunque algunas no están reconstruidas, no deja de ser una interesante experiencia para el visitante actual explorar ciudades mayas tal y como las encuentran sus descubridores. Conversamos con el arqueólogo mexicano Roberto Ríos González, que ha trabajado en la unificación de señales para la zona arqueológica Maya del Caribe, y nos dice: “Lo único en que el visitante debe ser estricto es en respetar cada una de las indicaciones oficiales, que deben cumplirse al pie de la letra: “No tocar”, “No Rayar”, “No Remover Piedras”... el visitante debe saber que entrar a cualquier sitio arqueológico Maya es pisar terrenos donde floreció una de las culturas más complejas de la humanidad. Con su propia arquitectura donde siempre sobresale un sector o Barrio de los astrónomos, con sus torres de observación celeste y espejos cóncavos para ver y estudiar las estrellas”.
Los principales sitios aquí ubicados fueron dados a conocer por el explorador norteamericano John Lloyd Stepheris en 1843 en una obra que es imprescindible para quienes se interesan por los mayas antiguos: Incidentes de Viaje en Yucatán. En 1877 August Le Plongeon explora Cancun y Cozumel y William Holmes en 1895 vuelve a visitar los sitios descritos por Stepheris. Los modernos estudios sobre la arqueología maya en el Caribe mexicano se inician en 1914 con el ingreso de la Institución Carnegie de Washington al campo de la investigación del pueblo Maya, bajo la dirección del citado Sylvanus G. Morley se exploran varios sitios y se publica la hasta ahora mejor obra de conjunto: Tulum, an archaeological study of the East Coast of Quintana Roo . A partir de la década de 1930 y hasta ahora, instituciones mexicanas y de otros países han continuado exploraciones y restauraciones en la zona, de manera que es una de las mejor estudiadas en toda el área maya. En diversos sitios de Cancún mismo se encuentran vestigios de este pueblo magnífico, aunque algunos han desaparecido para dar paso a otras construcciones. Son comunes aquí pequeños templos cuadrados con una o varias puertas y la clásica bóveda maya, que descansan sobre pequeñas plataformas o como en Tancah y Xelhá, sobre pirámides truncadas, identificados como adoratorios los cuales dieron origen a la ingenua leyenda difundida por Le Plongeon de que eran habitaciones de enanos. Estos templos, además de su función ritual, tenían una eminentemente práctica. Por algunas Crónicas del descubrimiento y la conquista sabemos que los mayas hacían hogueras sobre estas estructuras a manera de señales, y hay quienes afirman que formaban parte de un servicio organizado de "faros" para el tráfico marítimo y que, pintados de diversos colores, servían para indicar los lugares aptos para desembarcos y otras posiciones en la costa, ya que la pesca y el comercio eran las principales actividades de sus antiguos pobladores.
En el mismo Cancun sus principales zonas arqueológicas conocidas como El Rey y San Miguel, se localizan en el centro de la isla, en la zona más estratégica y elevada de toda ella, con salida por un lado al mar y por el otro a la laguna, donde unas ochenta estructuras se levantan sobre el terreno nivelado artificialmente: plazas, pirámides, plataformas y palacios. Las plataformas generalmente tienen una doble hilera de columnas que servían
para sostener techos planos. El uso de estos techos en lugar de las clásicas bóvedas mayas se considera como influencia del México central. Los palacios son generalmente de dos cámaras, la interior tiene un pequeño santuario o templo completo dentro de la cámara. Hay quienes suponen que servían como residencias. Nos dice el arqueólogo Ríos González: “Los centros ceremoniales San Miguel y El Rey siguen el esquema clásico maya: calles y plazas rodeadas de estructuras, esculturas y pinturas integradas a los edificios, es notorio el sentido de planificación y uso del lugar. En los alrededores de la isla podrás visitar sitios de interés sin fronteras”. Hemos visitado Playa del Carmen, a setenta kilómetros al sur de Cancun: era un puerto prehispánico y desde los primeros años de la época colonial es utilizado para embarcarse a la isla de Cozumel; su nombre original era Xamanha ("agua del norte") y fue elegido por el conquistador Francisco de Montejo en 1528 como una de las primeras poblaciones españolas en la Península: Salamanca de Xamanhá. Para los mayas parece haber sido un puerto subsidiario de Xcaret que era el principal de la zona, de ahí tal vez su nombre ya que se encuentra a unos siete kilómetros al norte de este último sitio. Se compone de tres grupos de edificios situados a unos cien metros de la playa; se conservan unas diez estructuras entre templos y adoratorios. Sin duda en peno funcionamiento en la época de la conquista, era uno de los centros religiosos en la ruta de peregrinaje a la isla de Cozumel. Hemos visto Xcaret, aquí se encontraba uno de los santuarios más famosos de Mesoamérica, el de la diosa Ix Chel, por su carácter de Oráculo, al que concurrían peregrinos venidos de todas partes; el antiguo nombre de Xcaret era Pole cuyo significado es “lo que vendrá”. Las estructuras se encuentran esparcidas en un área de diez kilómetros cuadrados; los arqueólogos han contado hasta veinticinco grupos de ruinas que contienen de uno a diez edificios.
Nos dice Ríos González: “La importancia de Xcaret derivaba de tres factores: 1) su situación como el puerto natural más cercano en la tierra firme para Cozumel, 2), la bahía o caleta natural que ofrecía excelentes facilidades portuarias y 3) la proximidad, directamente atrás de la bahía, de una plataforma natural bien protegida y visible desde mar adentro; en este sitio se encuentran los edificios principales, rodeados en parte por una muralla, cuya función parece haber sido puramente decorativa o religiosa, pues su carácter de Oráculo la hacía intocable para los pueblos antiguos de la zona.”
Visité Akumal, que es una gran bahía que se encuentra 23 kilómetros al norte de Tulum. Las ruinas de Akumal se localizan un kilómetro al interior del extremo norte de la bahía: diseminadas en dos kilómetros cuadrados se hallan unas veinte estructuras; una pirámide, plataformas y templos. Algunos de estos templos quedaron sepultados bajo el asfalto de la moderna carretera. Los ingenieros encargados del tramo dijeron no haber sido advertidos por los arqueólogos que trabajaron en el Plan Maestro, quienes afirmaron que en el momento de trazado en la década de 1970 la existencia de estas estructuras arqueológicas no se conocía. Como otros sitios de la costa Maya, estos edificios en parte visibles o cuidadosamente sepultados, y en alguna medida preservados así para la arqueología del futuro, están decorados con esculturas y pintados de brillantes colores. Akumal se encontraba densamente poblado en la época de la conquista, y fue una de las primeras zonas arrasadas por los españoles. Así como Xeihá ("apertura en el agua"), que es la bahía natural más grande de la parte central de la costa de Quintana Roo, y ubicada a catorce kilómetros al norte de Tulum: en sus alrededores abundan yacimientos arqueológicos; el grupo principal de edificios se encuentra a unos quinientos metros al oeste del extremo interior de la caleta y se comunicaba con ésta por una amplia calzada de piedra; otro grupo de ruinas se encuentra allí en una península fortificada. Xeihá figura en las crónicas de principios del siglo XVI como el lugar del primer asentamiento español en la tierra firme yucateca. En 1527 Francisco de Montejo fundó ahí la primera de una larga serie de "Salamancas": Salamanca de Xelhá, de efímera existencia. Montejo que obviamente era natural de Salamanca, España, fundó en diversos sitios de la Península de Yucatán una decena de Salamancas, ninguna de las cuales sobrevivió. Nos dice el arqueólogo Ríos González: “La importancia de Xelhá como el mejor puerto de la zona se comprueba por el hecho de que es el único sitio de la costa que estaba ocupado desde el período clásico (año 300 de nuestra era), hasta la época de la conquista. Para algunos autores, Xelhá era el puerto de la importante urbe clásica de Coba que, a diferencia de las ciudades de la costa, era contemporánea de Palenque, Copan, Tikal y las otras grandes ciudades clásicas mayas”.
Visitamos el centro arqueológico de Coba: se localiza a unos cuarenta kilómetros hacia el interior y de ahí parten numerosos caminos de piedra, hoy en restauración, uno de ellos de cien kilómetros de largo y seis a nueve metros de ancho, que comunicaba a Coba con Yaxuná, y se cree que uno de estos caminos también la comunicaba con Xelhá. Llegamos a Tancah que parece haber sido una especie de suburbio de Tulum. Los edificios se agrupan a unos mil metros de la costa y consisten en dos plazas rodeadas de estructuras. Como en los otros restos mayas, algunos edificios están decorados con murales tanto en el exterior como en el interior, la iconografía es de índole religiosa y está asociada al mar, al sol, a Venus y a la luna, las deidades mayas. Nos dice el arqueólogo Ríos González: “El estilo de los murales muestra influencias mexicanas y se relaciona con el de códices mixtecos y murales de Mitla; ese estilo era común en Mesoamérica en el período posclásico, desde el siglo X de nuestra época en adelante”. Estuvimos en Chunyaxché, unos veinticinco kilómetros al sur de Tulum: se encuentra al fondo de un complejo sistema de lagunas y canales, artificiales en algunos casos, por los que se desplazaban a sus anchas las canoas aborígenes. Como en los otros lugares de la costa que hemos visto, los mayas aprovecharon (y mejoraron) las facilidades que para la navegación y como protección ofrecía el lugar y levantaron ahí una de las ciudades más ricas de la zona. Chunyaxché es uno de los sitios más grandes de estas playas mayas; consta de ciento ocho estructuras, entre ellas doce pirámides con templos (uno de veinticinco metros de altura fue fotografiada por Charles Lindbergh desde un avión en 1930), cinco palacios, nueve templos, una docena de plataformas, más de veinte pequeños adoratorios, además de numerosos montículos y construcciones derruidas. De manera que lo que observaron y consignaron en sus crónicas los descubridores y conquistadores a principios del siglo XVI, está confirmado con la información de los que han explorado y descrito la región, toda, en verdad, una zona arqueológica que necesita mayor atención mundial.
Los pueblos de la costa oriental de la Península de Yucatán cumplían con una función vital para el mundo Maya y para el resto de Mesoamérica. Como vemos hoy, a pesar de que sólo disfrutemos la punta del iceberg, eran sitios de concentración de culto, por sus Oráculos legendarios, y de activo intercambio de productos tanto locales como foráneos, por sus mercados. Nos dice el arqueólogo Ríos González: “En los mercados mayas del Caribe mexicano había comercio de oro y piedras como el jade y la obsidiana. Sus productos incluían desde sal, miel, algodón, tintes, cacao, conchas y caracoles, pescado seco o salado, tejidos y enseres, hasta elaborados objetos de metal u otros materiales provenientes de fuera del ámbito Maya o aun del mesoamericano. Los santuarios Oráculos de la costa del Caribe, como los de las clásicas civilizaciones del Viejo Mundo, eran visitados todo el año por peregrinos que además de iniciarse en los misterios religiosos intercambiaban productos y objetos cuyo lugar
de origen podría estar bastante alejado de nuestra zona, ya que ésta formaba parte de una elaborada red comercial marítima que rodeaba la Península de Yucatán y cuyos extremos, la Laguna de Términos en el Golfo de México y el Golfo de Honduras en el Caribe, a su vez controlaban el comercio con el resto de Mesoamérica por un lado y con regiones de Centroamérica por el otro” -termina el arqueólogo Ríos González.
La información etnográfica rescatada por el maestro Juan Rulfo en los informes realizados durante su gestión en el Instituto Indigenista, nos indica que los pobladores de las ciudades de la costa oriental de la Península y encargados del tráfico marítimo eran los hábiles navegantes maya-toltecas, también llamados maya-chontales o putunes, originarios de las costas de Tabasco y Campeche. Herederos de los constructores de los grandes centros clásicos mayas, y fuertemente influenciados por grupos mexicanos de ascendencia tolteca, los pobladores y piratas de la costa Caribe eran, a la llegada de los españoles, unos de los más emprendedores, agresivos y expansionistas grupos del Nuevo Mundo. Por ello uno de los grandes mayistas, el investigador John Eric S. Thompson, los llamó "fenicios del Nuevo Mundo", "argonautas del Mar Caribe". El efecto de la conquista fue particularmente severo en los pueblos mayas de esta región. Las enfermedades nuevas introducidas por los españoles también contribuyeron a diezmar a la población nativa en unos cuantos años. Las campañas de los Pacheco y otros capitanes de Montejo en 1544-45 obligaron a los indígenas a abandonar los pueblos descendientes mayas de la costa para refugiarse en regiones más inaccesibles. Dice fray Diego de Landa en su Relación que "...los españoles los apaciguaron de tal manera que, siendo esas dos provincias las más pobladas y llenas de gente, quedaron las más desventuradas de toda aquella tierra". Todo esto más los traslados forzados de poblaciones enteras contribuyeron para que, según posteriores investigaciones, la población descendiera en más del 90% en los cincuenta años posteriores a la Conquista española.
En al Caribe mexicano predomina el clima tropical, cálido y húmedo, sufriendo escasas variaciones durante todo el año: más de 240 días son despejados. La curva de calor asciende ligeramente en abril y mayo y desciende un poco en enero. Entre junio y septiembre se ubican los meses más lluviosos, registrándose una precipitación máxima de 1.600 mm. Es frecuente que en esa época las lluvias se desaten repentinamente para luego dejar salir el sol. Durante los meses de septiembre y octubre es cuando se registran las temperaturas más bajas que con dificultad descienden a los 15ºC, para luego normalizarse hasta llegar a la media anual de 27.5ºC. ¿Cómo llegar por carretera? Cancun se encuentra a 1985 kilómetros de la Ciudad de México; entrando a la carretera por la Calzada Ignacio Zaragoza, se toma la vía federal 190 hasta Acatzingo de Hidalgo, Puebla de los Angeles, donde se sigue la ruta 150 de la federal hasta llegar a Córdoba, en la antigua Veracruz. Por la Federal 180 llegará hasta Villahermosa, Tabasco. Se sigue por la carretera 186 hasta Francisco Escárcega donde se toma la bifurcación por la vía federal 261 hasta entroncar de nuevo con la 180 en Champotón, la que dejará al visitante en Cancun pasando por ciudades como Campeche, y Mérida en la espléndida península de Yucatán. El tiempo del viaje, en verdad, depende de cada uno pero no menos de tres días: lo hice en vacaciones y de ida nada más tomamos diez días, porque es imposible no detenerse en ciertos lugares. Por avión desde el D.F. dura poco más de dos horas, y hay salidas tres veces al día; en Cancun existen vuelos económicos a otros lugares del Caribe y operan líneas con conexiones a todo el mundo; hoy el aeropuerto cuenta con espacio para aviones privados y ofrece todos los servicios necesarios que incluyen equipos contra incendio de última generación así como planta eléctrica propia, siendo en el aeropuerto su Estación de Servicios Meteorológicos una de las más importantes del Caribe. En la isla misma hay un servicio de autobuses que conecta con todos los sitios y funciona desde las 6:00 hrs. a la medianoche, pudiéndoseles abordar en cualquier parte del camino. Hay servicio de transporte de alquiler ubicados frente al Centro Comercial Mauna Loa que ofrece desde una bicicleta a un jeep las 24 horas del día. En la isla existe una excelente ciclopista que permite el tránsito protegido de bicicletas y motos, siempre conservando un prototipo arquitectónico por estar reglamentadas las construcciones que deben seguir la línea Maya de espacios abiertos para rescatar el aspecto agradable de la isla. En el Paseo Kukulcán se podrá encontrar veleros, lanchas e instructores que ofrecen servicios profesionales de buceo y pesca, así como arriendo de esquíes, equipos de buceo, jets-skies, cañas de pesca. Cancun es ideal para practicar una amplia gama de deportes, para lo que ofrece todas las facilidades necesarias. El campo de golf Pok-Tap-Pok (palabra Maya que significa juego de pelota) está en el circuito internacional de este deporte, así como en el tenis por sus excelentes canchas. Ya son famosas sus regatas de veleros; estas fiestas deportivas oficiales son tres veces al año: en mayo la regata Municipal; en septiembre la regata Independencia, y en noviembre la regata Revolución. En la playa el deporte oficial es el vuelo en paracaídas; uno puede remontarse por los aires y apreciar en toda su extensión la isla desde las nueve de la mañana a las cinco de la tarde; es para viajeros intrépidos pero muy seguro. La pesca y el buceo están protegidos y no es posibles sacar seres vivos que puedan dañar el ecosistema, así, la pesca es “saca del mar, fotografía y devuelve al mar”; incluso no es posible cortar una rama de coral de la maravillosa colonia que reside en las aguas que rodean la isla, y sus especies, las enormes langostas, tortugas, caracoles con soberbias caparazones, camarón, cazón, pargo, sierra, atún, caballo de mar, huachinango, cherma, barracuda, jurel, cubera, merlín dorado y una variedad de moluscos. Para el buceo uno de los sitios favoritos es la Playa Tortugas, donde la visión marina es fantástica, como todo el sitio, diría. Se puede apreciar de inmediato en un viaje en el Aliscafo, un barco con fondos de vidrio que cuando ha alcanzado una velocidad moderada, en altamar se desplaza sobre esquíes, permitiendo vivir raros momentos de calma como viajando en el fondo del mar con toda esa hermosura alrededor, los colores vivos de las aguas y seres fenomenales que acompañan el trayecto que recorre además Isla Mujeres, donde está el Templo de la diosa Ix-Chel, y la isla de Cozumel, que es un regalo extra del complejo Cancun. Según el célebre investigador marino Jacquez Ives Cousteau, Cozumel reúne “los acuarios naturales más hermosos de la tierra”. Con excelentes condiciones para contemplarlos, los paisajes de corales con infinidad de seres del mar entregan un espectáculo que se contempla con asombro. La capital de Cozumel es San Miguel, un pequeño villorrio blanco, muy moderno y con intensa vida comercial. El paseo que ofrece el Malecón al atardecer permite ver el sol escondiéndose a través de palmeras y flores tropicales que conjugan todo un espectáculo. Entre sus arrecifes es especialmente famoso el de Palancar con playas de arena blanca y muy fina: San Juan, Panchoclo, San Francisco, Playa Azul... es necesario ver la isla de la Pasión, la laguna de Chancanab y visitar Puerto Abrigo, donde hoy existe una acomodada marina, ahí mismo donde buscaban refugio los grandes galeones de los piratas legendarios de los siglos XVI y XVII. Es difícil describir un sitio más bello que Cancun y sus posibilidades, es un arcoiris que brota del mar y se hunde en la arena, es el cielo más celeste que puede verse, es la vegetación de la selva inmediata con orillas de palmeras, orquídeas, bugambilias y jacarandás. En las construcciones prehispánicas y contemporáneas el color blanco es dominante, entre los verdes de la selva que suben hasta el celeste alto. Donde uno, entre sus playas perfectas de sol y arena muy fina, se encuentra esparcidos estos monolitos y esculturas como testigos de una civilización que se tragó el tiempo.

© Waldemar Verdugo Fuentes
FUENTE: Artes e Historia-México
FRAGMENTO DE PAISAJE DE MÉXICO

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